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lunes, 26 de octubre de 2009

Alan Davie. Birth of Venus (1955)



Durante mi estancia en Londres fui a algunos museos que no había visto la vez anterior que estuve en esta ciudad y hubo un cuadro que me impactó bastante. Esta vez estuve en la National Gallery y en el Tate Britain, ya que la vez anterior había visitado el British Museum y el Tate Modern (este último, mi museo preferido de Londres). Del Tate Britain sólo vi aquellas salas que tenían arte del S. XX en adelante, pues es la época que más me fascina, de ahí mi interés por el Tate Modern, que se centra exclusivamente en el arte moderno.
De El nacimiento de Venus, de Alan Davie, destaco el título, ya que éste le fue dado a la obra después de ser pintada, es decir, una vez finalizada, por tanto, el título es fruto de la imaginación que despierta en el artista una serie de pinceladas en un estilo próximo al expresionismo abstracto. El arte moderno es un arte abierto a la imaginación, a la creatividad tanto del artista como del espectador que observa. No tendría sentido buscar en esta obra un significado de nacimiento tal y como nos vendría dado en el arte figurativo, y ahí está la magia del arte moderno, en encontrar un significado simbólico más allá de lo que nuestros ojos ven y nuestro cerebro interpreta, y en el hecho de dar un paso más hacia la fantasía.
Hemos de mirar el arte contemporáneo con los ojos del siglo en el que vivimos.

viernes, 16 de octubre de 2009

Piturrino fa de músic (Carles Santos)



Hace algunas semanas, el 25 de septiembre concretamente, estuve en el Teatro Principal de Alicante (con motivo del 25 Festival de Música de Alicante) escuchando la obra Piturrino fa de músic del compositor Carles Santos. Me pareció una obra con fuerza, repleta de una vivacidad constante que mantiene al oyente (a mí por lo menos me ocurrió así) interesado por lo que va a escuchar a continuación. Pero, sin duda alguna, lo que más me llamó la atención fue la interpretación del violinista solista. Hacía tiempo que no presenciaba en un concierto en directo la expresividad en el gesto de los intérpretes al ejecutar una pieza contemporánea. Parece que, en general, se ha perdido la emotividad con la que un intérprete mima cada nota cuando se trata de música contemporánea. La frecuencia de pasajes rápidos y de gran dificultad en gran parte de estas obras “contemporáneas” provoca que algunos intérpretes centren su preocupación en ejecutar correctamente el fragmento, dejando de lado esa expresividad que, en cambio, sí que emplean cuando interpretan una obra de la época del Romanticismo (por poner algún ejemplo). Pero ya digo que el violinista solista que interpretaba aquel Viernes por la noche la obra mencionada vivía cada nota, expresaba cada frase, cada nota, incluso cada silencio (así como también Carles Santos disfrutaba transmitiendo seguridad y dominio al piano, respirando la obra que él mismo ha creado)... Me alegro de que estas cosas todavía ocurran. Y me alegro de haber disfrutado tanto aquel día.

jueves, 8 de octubre de 2009

Hasta dentro de unos días!

Voy a estar cuatro días en Londres, pero cuando vuelva os hablaré de un concierto sobre música contemporánea al que hace poco fui.Un abrazo y disfutad del fin de semana, que me consta que algunos de vostros (esto va por ti, Noe)también os vais fuera estos días.
Un saludo!

miércoles, 7 de octubre de 2009

Mapa de los sonidos de Tokio

¿Por qué Tokio?
Esto es lo que no dejo de prenguntarme desde el momento en que acabé de ver la última película de Isabel Coixet ayer. Salí del cine y empecé a hacerme preguntas y a comentar la película con una compañera con la que suelo ir al cine los Lunes por la tarde, pues creemos que la mejor manera de empezar la semana es disfrutando del cine, unas veces “bueno” y otras no tan “bueno”, por lo que ya hemos podido ir experimentando (y no me refiero a la película de Coixet cuando hago esta valoración). Aunque vamos a dejar lo de “bueno”, pues sobre gustos no hay nada escrito, teniendo en cuenta que lo único que quiero plasmar aquí es mi modesta opinión, tan válida como cualquier otra opinión (que me gustaría que quienes hayáis visto esta película manifetárais aquí) y quienes no hayáis visto la película también.
Yo no entiendo de planos ni de movimientos de cámara (como mucho he participado en algún corto como actriz (aunque dicho así suene rimbombante), vamos , situada a la otra parte de la cámara. Pero me llamaron mucho la atención en esta película los constantes movimientos de cámara, que no he presenciado en otras películas de Isabel Coixet. También noté un abuso del plano de vista aérea de Tokio (utilizado en más de una ocasión de manera muy similar), así como también el uso repetido de la imagen borrosa (perdonad que yo me invente los nombres), no sé con qué fin ni por qué con tanta frecuencia.
En cuanto al argumento (que narra la historia de una asesina a sueldo de Tokio- Rinko Kikuchi- que esconde su profesión bajo la apariencia de empleada en un mercado) diré que en un principio me pareció interesante, pero, conforme iba viendo la película, me di cuenta de que la trama era algo previsible, repleta de frases aparentemente profundas que finalmente quedaban superficiales.
Por otra parte, me hubiese gustado saber algo más de muchos personajes de la película: no sabemos prácticamente nada de la “asesinada” (a pesar de ser un personaje tan importante), el que más sabe de ella es un personaje bastante secundario del que tampoco sabemos apenas nada (sólo que trabaja en la tienda de vinos). ¿Y el señor que registra los sonidos? Sería interesante conocer por qué tiene esta inquietud de grabar... Hay muchas cosas de éstas que le preguntaba a esta compañera que vio conmigo la película. Ella me respondía “Se supone que”... Pero es que parece que hay tanto que suponer en esta película que...
Creo que el cine de esta directora ha cambiado mucho respecto a películas de años anteriores. Ya pude observar que La vida secreta de las palabras no tiene nada que ver con películas como Mi vida sin mí o Cosas que nunca te dije (película, ésta última, que sí que me transmitió bastante en su momento). Ya había notado un cambio de estética y una manera distinta de hacer cine en Isabel Coixet con su película anterior a Mapa de los sonidos de Tokio (es decir, La vida secreta de las palabras, que no me llegó tanto como otras peliculas suyas, pero me transmitió algo). Sin embargo, ya en esta última película me da la sensación de que Isabel Coixet se ha transformado por completo.

¡JUZGAD VOSOTROS MISMOS!


domingo, 4 de octubre de 2009

IQUBAQ



Obra compuesta en 2008, por el grupo FUSA OBTUSA, del que yo formo parte.
Deseo que os guste!

Mucipa

jueves, 1 de octubre de 2009

Una película que me trasmitió mucho: SÉRAPHINE

Hace menos de un mes descubrí, en el lugar donde hace poco vivo y trabajo, un cine de esos donde ponen películas en versión original y se puede disfrutar de tanto en tanto de buenas películas. La semana pasada tuve la suerte de ver una película llamada Séraphine, de Martin Provost, que me fascinó. Esta semana no he tenido la misma suerte (me váis a perdonar que no comente el título la película que he visto).

Sobre la película Séraphine
Lo que me embaucó de esta película desde el principio hasta el final fue el personaje protagonista (cuyo nombre da título a esta película), una señora que se ganaba la vida limpiando casas y, cuando le sobraba tiempo (o sin sobrarle tiempo, pues muchas noches no dormía) se dedicaba a pintar cuadros. A lo largo del film vamos conociendo los secretos que todo genio posee (como ese magnífico tono rojo que Séraphine Louis consigue con sangre de verdad) y observamos la transformación de un personaje humilde, convertido en genio, que sobrepasa el límite de la cordura al final de sus días.
Me encantan los diversos planos del amanecer, con esa luz tenue que nos hace sentir el alba y destaco también momentos memorables en la actuación de la actriz principal, por ejemplo, cuando la protagonista orina en medio del campo mientras alza su mirada hacia las hojas de los árboles o sus canturreos continuos de canciones de la Iglesia y, cómo no, sus momentos de locura paseando con su traje de novia a través de las calles para predicar el fin del mundo.
Wilhem Uhde es otro personaje de la película que llama la atención, el descubridor del talento de Séraphine de Senlis, un rico coleccionista que admira los cuadros de ella. Su rostro muestra esa fascinación, esas ansias por ver su próximo cuadro. Wilhem Uhde me recuerda al Mendelssohn que descubrió a Bach. ¿Qué sabríamos de Séraphine si Wilhem no se hubiese interesado por sus cuadros o qué hubise sido de las obras de J.S. Bach si Mendelssohn no las hubiese rescatado?
Sinceramente, recomiendo esta película, un drama basado en hechos reales que no nos puede/debe dejar indiferentes. Y, si tenéis oportunidad, no os perdáis la biografía de esta mujer, la podéis encontrar en internet. Y no dejéis de ver el trailer!

Mucipa